Hace bastante tiempo, una amiga (llamemosla Zara) me comentó
que un amigo suyo (llamemosle Eric) me había visto en foto, por las redes
sociales, y que le había llamado la atención (la atención en plan bien, para mi
sorpresa, porque si de algo estoy acostumbrada es a llamarla para mal, o no
llamarla en absoluto). Pero la cosa quedó ahí. Era un interés prácticamente
increíble e inaceptable por mi parte, puesto que las fotos que existen de gente
que se siente como yo, son siempre desde nuestra mejor perspectiva, ocultando
gran parte (por no decir todo) de nuestro cuerpo, y si llevan algún retoquito
de color o quizás algún granito por ahí… pues eso que se quita. Confieso
también que a pesar de tener sobrepeso, me gusta sacarme todo el partido
posible, e ir arreglada hasta a por el pan. Pero ese es un tema bastante
irrelevante, pues ya puedes ser la más bella, facialmente hablando, que si te
sobra grasa de las caderas, no levantarás pasiones, al menos en la mayoría de
personas.
Pues el caso es, que hace pocos días, Zara me dijo de salir
por la noche (cosa que yo mayormente evito, pues es donde más se acentúa el
término “superficialidad”), insistiéndome hasta tal punto de ser cansina dado a
mi negativa. Al final me confesó, que este tal Eric saldría con ella y su
pandilla esa noche también, y que me seguía queriendo conocer cara a cara, para
ver cómo era. A lo que yo le respondí con cierto sarcasmo, a la vez que me
señalaba el cuerpo “que vea el qué, ¿cómo soy?”, pero según su contestación iba
más allá; quería conocerme como persona.
No es la primera vez que Zara ha querido hacer un “encontronazo”
entre los dos, pero ya sea por imprevistos, o por mi negativa, nunca hemos
coincidido.
¿Cómo es Eric?
Físicamente (porque yo también he cotilleado alguna foto
suya), es un chico normal. Delgado, alto, y según me cuenta Zara, bastante desarrollado en el tema relaciones. No de
relaciones serias, al contrario, suele tirar más a conocer a cuantas más chicas
mejor, pero no con extrema duración.
Por lo tanto mi desconcierto en todo este asunto es… ¿Qué
pretende Zara con tanto insistirme para que conozca a Eric? ¿Eric qué ha visto
en mí para que le pueda interesar? Es un asunto que verdaderamente me cabrea, y
que podría pensar que me estarían tomando el pelo si Zara no fuera una amiga
prácticamente desde la infancia, y en la que confío.
Si existiera quizás otro “yo” en este momento, un “yo”
seguro de sí mismo, y físicamente sano y orgulloso de lo que refleja en el
espejo, ¿sabéis qué? Que no tendría ningún problema en haber salido esa noche y
haber conocido a Eric, y a Manuel, Alfonso, y hasta Perico de los palotes.
Pero siendo como soy hoy en día, y teniendo totalmente claro que si él me viera
en persona se desilusionaría al instante… ¿qué gano siendo partícipe de ese
encuentro? Creo que pasaría un mal momento, sentiría vergüenza, no sabría qué
decir, y me mostraría con un grado de anti sociabilidad bastante grande.
En fin, un tema más en la extraña vida de Bradshaw…
Posdata: Cuando Zara
me contó por primera vez que Eric quería conocerme, me lo dijo de una manera
tan sincera, que no pudo evitar aun en contra de su voluntad, dejar en
evidencia su total y completa sorpresa ante aquel acontecimiento, como si diera
por sentado que iba a morir virgen o algo… estoybromeando.
Terminó concluyendo su sorpresa con un tembloroso “es que no sé… ¡es que eres
tú!”, no supe si sentirme halagada.