jueves, 28 de febrero de 2013

La cruda realidad



No sé si habrán muchos seguidores de Gran Hermano por aquí (o si lo habéis visto de pasada haciendo zapping), pero este año ha entrado por primera vez una chica con sobrepeso.
En el momento en que la vi sabía que quería escribir una entrada sobre ella, y sobre todo lo que iba a revolotear a su alrededor, dejando en evidencia la sociedad en la que vivimos, y en muchos casos, lo hipócrita que es.

Yo sabía (y tod@s l@s que tenemos el coco pelado de este tema lo sabemos) que en el minuto uno lo que primero se iba a cuestionar era su físico, siendo objetivo de risas y haciendo bromas pesadas al respecto que luego se encargaría cada uno de restar importancia añadiendo mero entretenimiento televisivo. Y también sabía que esta mujer no iba a tener derecho, y ni siquiera a intentarlo, de buscar un romance o poderse sentirse atraída por alguien en la casa sin que no fuera correspondida.
Es más, quien lo haya seguido, ya sabrá que ha sido totalmente excluida por temas que los demás tampoco están exentos de hacer, dejando bien ocultado el verdadero motivo bajo tierra hipócrita… Su físico.



Es triste, pero casos como este, visto desde un punto de vista objetivo, en tu casa, te hace sentirte completamente identificada con esa persona, y ves como si de una película se tratase, todo lo que tiene que soportar día tras día la gente con sobrepeso para poder llegar a encajar en una sociedad hecha a medida, donde da igual que seas retraído mental; lo que importa es que te puedas poner la talla más pequeña del mercado.




¿Sabéis lo peor? Yo misma la he visto en la televisión y me ha hecho sentir rechazo. Con toda esa grasa acumulada en el cuerpo, con la dificultad con la que caminaba, cómo le costaba respirar… Y en mi caso, me puedo sentir así porque puedo sentirme reflejada en ella todo lo que he sido, o lo que soy (y estoy combatiendo), y lo que no me gusta ser.
Pero que encima se le añada el hecho de que hayan comentarios con rintintín a cada momento por su físico (fuera y dentro de la casa de Gran Hermano), y ver ese rechazo social evidente a esa clase de gente que está gorda, con todas las letras, hace que te sientas hecha mierda por dentro, con todas las letras también. Te hace ver en qué clase de mundo vives, en que parece que si estás así, por los motivos que sean (mayormente porque te lo has buscado tú misma), no tienes derecho siquiera al oxígeno que respiras, y si lo haces encima habrá una cantidad interesante de personal perfecto, con sus cuerpos perfectos, y vocabulario perfecto (bendita la ironía) al que no le parecerá bien, incluso prefiriendo que estuvieras muerta para no tener que verte.  Y me toca la moral que encima esa gente en cuestión si leyera esto diría “no, para nada, eso lo estás diciendo tú, yo no excluyo ni critico a nadie por ser gorda/o”… ¿Me río yo o tú?


Esta es la sociedad en la que vivimos hoy en día, señores. Hoy por hoy no se vive, se sobrevive… Así que pensad bien por muy injusto que sea, que el resto de nuestra vida, al menos en este tema, tendrá que ser a medida si no queremos pasarlo mal.

domingo, 24 de febrero de 2013

Cucú



 No me he olvidado de esto, ni siquiera se me ha pasado por la cabeza dejarlo. Quizás sí he sido algo cobarde (e irresponsable) al no decir nada, pero... Bueno, como pudisteis leer en la última entrada que escribí, temía a la Navidad. Llevaba una buena racha y fue como... Plof. Todo se destruyó en un segundo. Maldita comida
Volví a engordar todo lo que había perdido y fue como... "Que le jodan a todo, voy a estar en una constante montaña rusa sin terminar el recorrido porque no tengo fuerza de voluntad ninguna, me acabará superando la comida en cualquier momento otra vez."
Como comprenderéis, ¿cómo podía volver a escribir aquí si lo que pretendo es animaros a continuar a vosotras/os? Quiero transmitir positividad, que es lo que me gustaría encontrar a mí si visitara un blog de esta calaña. Así que pretendía dejarlo a un lado hasta que volviera a encontrarme con fuerzas suficientes para volver a subir la cansina cuesta por la que me he caído un millar de veces, y poder seguir hasta ahora, transmitiendo fuerza.
A día de hoy he conseguido llegar al punto en el que quedé antes de Navidad. Estoy bastante contenta, aunque me ha costado porque esa "inspiración" no llegaba... Me costó volver a dejar de lado las comilonas, las ansiedades y a día de hoy sigo luchando contra ésto último, ¡pero estoy muy motivada! De verdad, hacía tiempo (por no decir que nunca me había sentido así) que no deseaba tanto perder kilos. Estoy sedienta de adelgazar, de llegar a esa meta por la que he corrido desde que tengo uso de conciencia, de coger la maldita cinta de llegada y de no cortarla con unas tijeras, sino de literalmente arrancarla, y chillar y gritar y llorar de alegría. Quiero verme, sentirme guapa, y que así me vea el resto del mundo.




 Le he dado muchas vueltas al tema de la superficialidad, al tema del físico y demás... Pero no puedo ser hipócrita, el físico es la carta de presentación, lo fue, lo es, y lo será. Y también lo es para ti, para quien está leyendo esto ahora mismo, independientemente de cómo seas físicamente, tú también buscas una cierta atracción ajena en una persona para enamorarte o dejarte querer. Y es inevitable.
Así que si no te gustas a ti mismo cuando te ves en el espejo... ¿qué te hace pensar que le gustarás a alguien más?

Quiero retomar esto seriamente, pero si me permitís, prefiero escribir las entradas de pérdida de peso al principio de cada mes, no cada semana. Porque me estreso, pretendo llegar a metas y a veces no lo consigo, y de esta manera se me hace mucho más ameno.

Y también quería agradeceros esas 10.000 visitas ya, ¡es por vosotras/os que sigo pendiente de esto!



Bradshaw

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...