sábado, 19 de octubre de 2013

Obsesión





Estoy a un par de kilos de empezar la recta de los 80. Y sin embargo, aún no tengo claro si voy por el buen camino.

Estoy empezando a sentirme de una manera… que en cierto modo me asusta. Desde el segundo exacto que dejé los 100 kilos atrás, me he transformado en un ser sediento de perder kilos. De pesarme al finalizar la semana, y necesitar ver mínimo un kilo menos. Y en el caso de que no sea así, arreglármelas como sea para perder lo que me falta en un par de días.
  
Últimamente veo cualquier reflejo de mi persona (ya sea en una ventana, puerta, espejo) y tengo que desviar la vista rápidamente porque me pongo de malhumor: “Si ahora peso 92 kilos, y me veo enorme, ¿cómo cojones podía vivir pesando 118?” me repito una y otra vez. Hay días que examino mi cuerpo, y tan solo me apetece adoptar un estilo de vida vegano hasta llegar a los 60 kilos.




Y sí, puede que me esté obsesionando… Pero quizás es el comportamiento que mi yo interno adopta automáticamente al ver que después de 10 años por fin estoy cumpliendo mis metas; sin excusas, y sin volver a empezar; porque simplemente, no he parado.

Quiero perder peso, y perder, y perder, y perder… Y quizás mi preocupación esté en que si ahora no veo los resultados (al menos física-visualmente, lo noto muy poco. Pero sí lo noto en la ropa), jamás los llegue a ver como yo quiero verlos. He escrito esta última frase no muy convencida y con los dientes apretados, porque que los llegaré a ver… Pero aún me queda camino por recorrer. Y me refiero a que; una persona que pese 100 kilos, si pierde 10, es como una persona que pesa 70 kilos y pierde 3. Puede empezar a notar los resultados en la ropa interior y etcétera, pero visualmente tendrá que esperar un poco más. Tened en cuenta, que una persona que supera la barrera de los 100 kilos (y contando con que mida unos 1’65cm) tiene en su cuerpo más de 40 kilos de grasa sobrantes. No va a empezar a verse “bien”, como de verdad quiere verse y con todas las letras, hasta que no haya perdido mínimo la mitad.




Pero ojo, tampoco estoy diciendo que quiero perder 50 kilos y pesar 40 y subir fotos de mis huesos diciendo que aún me veo gorda. No. Solo ansío desorbitadamente llegar ya a los 80; porque después vendrán los 70… y los 60. Y repito; ansío desorbitadamente. Hoy por hoy, me controlo, y creo que soy suficientemente inteligente para saber cómo hacerlo. Pero temo que uno de esos días en que me vea reflejada en algún lugar, mi chip interno cambie.

Bradshaw

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...