Lo he logrado. La recta de los 70 kilos por fin ha irrumpido
en mi vida y lejos de que me invada una radiante felicidad expandiéndose por
cada célula de mi ser; me siento más insegura que nunca.
No es que no esté contenta ni orgullosa de mí misma por
haber logrado por fin mover los hilos de mi vida. Lo estoy. Pero quizá, he
esperado tanto a arreglar el camino de mi desastrosa existencia, que he dañado
permanentemente ciertas partes de mi cerebro. Y con esto me refiero a que… el
peso siempre me ha sido una barrera para desenvolverme en esta jungla de
sociedad que tenemos hoy en día. Siempre ha sido ese hándicap (que por supuesto
me he buscado yo solita), esa cadena que arrastrar, a veces queriendo hacerme
la loca y no querer ver los problemas que me causaba, y otras veces siendo
plenamente consciente pero no teniendo la suficientemente fuerza de voluntad o
coraje para poner remedio a ello.
Es triste
que haya sido a mis ventipocos años cuando mi chip interno ha decidido sacar el
hacha de guerra, y no antes. Porque aunque exista ese dicho de “más vale tarde
que nunca” (que en cierta manera, su razón tiene), es cierto que hay ciertas
cosas que no deberíamos atrasar tanto, porque tenemos fecha de caducidad y el
tiempo pasa, aunque la mayor parte del mismo no seamos conscientes de ello. El
tiempo pasa quieras o no, y pasan a su vez oportunidades correspondientes a tu
concurrente edad, que si no aprovechas, carecerán de sentido hacerlas en un
futuro.
Yo no he tenido adolescencia. He estado sumergida continuamente
en mi miseria, adoptando una actitud masoca y víctima, dejando que esa mierda
me consumiera día sí y día también, construyendo con esas inseguridades mi persona
poco a poco, lentamente. Y a día de hoy todo ese tiempo ya se ha esfumado, dejándome
como resultado esa escultura ya creada, firme y derecha, que es lo que soy hoy
en día: una persona terriblemente inestable emocionalmente, y obsesionada con
la idea de ser capaz de quererme algún día. De perdonarme por haberme
machacado, emocional y físicamente toda mi vida. Por pensar que la comida era
más importante que mi salud y bienestar físico.
Si no te quieres... Si no sientes que eres lo
suficientemente buena para el mundo de hoy, ¿cómo puedes ser capaz de dejar que
alguien piense que sí lo eres? ¿Cómo puedes ser capaz de tirar ese muro de
inseguridades, ya compacto y sólido, y dejar que amen cada rincón de tu
interior sin miedos, sin historias? ¿Cómo dejar atrás esa desconfianza
constante? ¿De verdad llegaré a ese punto matándome a ejercicio y quedándome en
el peso que quiero estar, o estoy jodida mentalmente de por vida?
A día de hoy me faltan diez kilos y quizás alguno más para
estar realmente en un peso que considero adecuado para mí. Y aunque vaya
dejando atrás esa grasa que ha reposado en mi cuerpo tantos años; ese muro
inestable se va haciendo cada vez más visible, más nítido, haciéndose cada vez
más grande, en donde la palabra resonante, en negrita y en cursiva que aparece
pintada en graffiti es; perfección.
Gracias por la entrada, se te echaba de menos como siempre muy buena y cercana, me has hecho pensar, pensar que no soy la unica con pensamientos parecidos
ResponderEliminarAbrazo Bradshaw!!
¡Gracias a ti por pasarte y leerla, bonita!
EliminarCreo que somos muchas y muchos con pensamientos similares, desgraciadamente. Pero me alegro que te haya hecho pensar, para bien, espero.
¡Besazo Iris!
¡Buenas! Hacía un montón de tiempo que no me pasaba (cambio de nombre incluido). Yo voy más o menos igual pero tengo que volver con la vida sana al 98%. :P
ResponderEliminarLo que dices de que estás más insegura ahora lo entiendo, a mí también me pasaba lo mismo hasta que llega un momento en el que cambias el chip y dejas de serlo (aunque siempre hay momentos malos). Solo necesitas tiempo y aprender que lo que va a llevar a ese cambio de chip que necesitas es cambiar tu mente y ser feliz.
Mucha suerte y ya verás como pronto se te pasan las inseguridades, y ¡enhorabuena por todo lo que has logrado!
¡Besitos!
Creo que me acuerdo de ti... jajaja, ¡muy buenas!
EliminarEspero de corazón que me pase lo mismo que a ti y ese chip interno cambie haciendo que deje todo el pesimismo atrás, ¡dejándome ser plenamente feliz!
Muchas gracias y mucho ánimo, que volver a la vida sana al 98% es todo cuestión de ponerse :-)
¡Mua!
Bradshaw, como lo llevas??????
ResponderEliminarActualiza el blog :(
Esta semana habrá entrada nueva, ¡prometido! :-)
Eliminar:)
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