No sé si habrán muchos seguidores de Gran Hermano por aquí
(o si lo habéis visto de pasada haciendo zapping), pero este año ha entrado por
primera vez una chica con sobrepeso.
En el momento en que la vi sabía que quería escribir una
entrada sobre ella, y sobre todo lo que iba a revolotear a su alrededor,
dejando en evidencia la sociedad en la que vivimos, y en muchos casos, lo
hipócrita que es.
Yo sabía (y
tod@s l@s que tenemos el coco pelado de este tema lo sabemos) que en el minuto
uno lo que primero se iba a cuestionar era su físico, siendo objetivo de risas
y haciendo bromas pesadas al respecto que luego se encargaría cada uno de
restar importancia añadiendo mero entretenimiento televisivo. Y también sabía que
esta mujer no iba a tener derecho, y ni siquiera a intentarlo, de buscar un
romance o poderse sentirse atraída por alguien en la casa sin que no fuera
correspondida.
Es más,
quien lo haya seguido, ya sabrá que ha sido totalmente excluida por temas que
los demás tampoco están exentos de hacer, dejando bien ocultado el verdadero
motivo bajo tierra hipócrita… Su físico.
Es triste, pero casos como este, visto desde un punto de
vista objetivo, en tu casa, te hace sentirte completamente identificada con esa
persona, y ves como si de una película se tratase, todo lo que tiene que
soportar día tras día la gente con sobrepeso para poder llegar a encajar en una
sociedad hecha a medida, donde da igual que seas retraído mental; lo que
importa es que te puedas poner la talla más pequeña del mercado.
¿Sabéis lo peor? Yo misma la he visto en la televisión y me ha hecho sentir rechazo. Con toda esa grasa acumulada en el cuerpo, con la dificultad con la que caminaba, cómo le costaba respirar… Y en mi caso, me puedo sentir así porque puedo sentirme reflejada en ella todo lo que he sido, o lo que soy (y estoy combatiendo), y lo que no me gusta ser.
Pero que encima se le añada el hecho de que hayan
comentarios con rintintín a cada momento por su físico (fuera y dentro de la casa
de Gran Hermano), y ver ese rechazo social evidente a esa clase de gente que
está gorda, con todas las letras, hace que te sientas hecha mierda por dentro,
con todas las letras también. Te hace ver en qué clase de mundo vives, en que
parece que si estás así, por los motivos que sean (mayormente porque te lo has
buscado tú misma), no tienes derecho siquiera al oxígeno que respiras, y si lo
haces encima habrá una cantidad interesante de personal perfecto, con sus
cuerpos perfectos, y vocabulario perfecto (bendita la ironía) al que no le
parecerá bien, incluso prefiriendo que estuvieras muerta para no tener que
verte. Y me toca la moral que encima esa
gente en cuestión si leyera esto diría “no, para nada, eso lo estás diciendo tú,
yo no excluyo ni critico a nadie por ser gorda/o”… ¿Me río yo o tú?
Esta es la sociedad en la que vivimos hoy en día, señores.
Hoy por hoy no se vive, se sobrevive… Así que pensad bien por muy injusto que
sea, que el resto de nuestra vida, al menos en este tema, tendrá que ser a
medida si no queremos pasarlo mal.